Categorías

amor (51) arte (7) cine (53) cuento (30) diario (136) English (15) ensayo (38) espiritualidad (4) humor (16) imagen (2) Krishnamurti (6) lenguaje (9) literatura (13) música (3) narrativa (42) pensamientos (20) poesía (116) préstamos (86) prosa poética (30) sociedad (8) sueños (3) talent campus (1) video (9)

28 de mayo de 2003

Entre Dionisos y Apolo: una analogía en la vida cotidiana

Dios ha muerto. Nietzsche
Nietzsche ha muerto.Dios

Tenemos la indefinición pero necesitamos el acto. El acto no es simplemente el hecho, sino el movimiento que nos lleva al acto. El cambio es el proceso que va de la potencia al acto. No somos, estamos siendo. No hay seres completos, sino en movimiento. Todo placer bueno implica conocimiento. Es en la obra, en el personaje, donde me revelo las pasiones. Viendo soy visto. Consideramos las mejores obras a las que nos revelan el fondo de nosotros mismos. El ensayo se escribe porque no sé y porque me gustaría saber. La belleza es el símil de lo verdadero. Debemos tener más interés en la fábula que en los versos mismos. La metáfora siempre habla en sentido impropio. Le hacemos sentido propio a la metáfora, hacemos puentes metonímicos para entender el mundo, la literatura. La belleza en la razón cambia por la belleza en la fe. Dios es perfecto porque es infinito. La confesión del pecado mismo nos perdona los pecados. Para los cristianos, el silencio es una regla, obediencia, finalidad.

El que duda vive. La vida está instalada en el tiempo y el tiempo es puro instante. En la memoria permanece lo esencial del ser humano. Estamos instalados en la conciencia de Dios, la voluntad de la memoria está en la conciencia de Dios, gracias a él estamos presentes. La palabra es objeto de desconfianza. La hermenéutica es para encontrar lo que está oculto. Queremos creer para sacarnos del caos y existir por lo menos un instante. Mediante lo definido anhelamos lo indefinido. Hay caída o hay continuidad. Dios no saca del caos y nos muestra la verdad. Es mejor no conocer o desconocer con amor. Cuando nos pensamos en algún lugar, estamos habitando ahí. El asesino de Dios es el más repugnante de los hombres. Es un no a la vida, porque nos hace creer que lo mejor es la muerte. Inventamos los códigos para besar nuestras cadenas. La voluntad correcta hace que las fuerzas activas afirmen. Afirmamos nuestra propia diferencia. Lo que viene después es la negación. Yo soy. El ser humano como obra de arte. Todo tiene que ser consciente para ser bueno. Deus ex machina. Creemos algo porque aquello ya está en nosotros. ¿Cómo es posible que un lírico sea artista? El uno primordial tiene movimiento y es contradictorio, y lo contradictorio es perfecto. La música es el único lenguaje que puede decirse a sí mismo. El origen de la tragedia. Buscar en mi mismo a los autores. Yo soy. La individuación es la fuente de dolor. El arte es la esperanza de una unidad que nos restituya. El verdadero poeta genera imágenes en sí... la belleza en la tragedia se da cuando se presenta por parte, armoniosa, en segmentos.

Al ponernos una máscara apolínea y mirar en este collage caótico (hasta cierto punto), vemos que desde Aristóteles hasta Nietzsche, y hasta nuestros días, el hombre tiene la voluntad de afirmar su mundo, la voluntad correcta. La voluntad incorrecta no consiste en dominar o gobernar sino en hacer inteligible todo lo existente y después seguir las normas.

El saber en nuestros días, es cuestión de la experiencia, de los sentimientos y generalmente se piensa que sabe el que posee. La tragedia es de los altos estratos. La comedia transcurre en el que carece del poder. Es sabio aquel que es dentro de la comodidad de la Matrix (en términos postmodernos). El que encuentra la verdad, sea cual fuere o si es que existe alguna, entra en un proceso dialéctico entre la afirmación o la negación.

El cristianismo pospone la afirmación. Y aquí es donde entra mi vida cotidiana. En varios niveles. En términos de Nietzsche o Aristóteles, como ya vimos, el arte en términos corporales se encuentra en el coito, en dejar de ser yo. El placer bueno implica conocimiento. Pero aquí llega la moral. No me siento lo suficientemente fuerte para matar a Dios. La religión ha sido malinterpretada hasta cierto punto. La iglesia de Nietzsche de hace 150 años es diferente a la de ahora. Se dio el Concilio Vaticano II. Se recordó que Dios pide misericordia no sacrificio, ser alegres no autoflageladores. Pero en estos momentos vienen a mi mente también otras opiniones de los hombres que afirman la creación de Dios como figura humana. Pero llega de nueva cuenta otra contraposición que dice que no todo puede ser explicado por la razón. ¿Por qué algo en vez de nada? (lo leí de una entrevista a H. S. Gadamer). El amor es una muestra de la existencia de Dios, en mi caso. Aunque desde ese punto de viste todo está explicado y sería metonimia. Estar siendo en este mundo no es fácil, por todas estas cuestiones del ser y del origen, por todas las dudas y respuestas que nunca encontraremos, pero la simple búsqueda, el hecho de decidirlo es un placer convertido en conocimiento, el conocimiento de cada quien, la búsqueda de cada quien.

La belleza en la vida común puede ser sosa. Un capítulo de Los Simpsons nos puede hacer reír. La vida en pareja nos hace reír, no todo el tiempo pero lo vale. La familia, amigos, pareja, compañeros, etc., son las cosas que nos quedan, son nuestra sociedad, son las decisiones que tomamos alrededor de esa sociedad donde descubrimos la belleza, quien sabe si verdadera pero belleza. Un libro, un poema, un fragmento, una frase, una memoria, un instante: de caos, compresión, contemplación, asimilación, ¿no son muestras de que la belleza explica todo? Quién sabe.

Lo que hacen los autores, Valery, Aristóteles, San Agustín, Dante y Nietzsche, es explicar el mundo que a ellos les ha tocado, aunque algunos se adentran más y explican la naturaleza humana. Cada cuál con su clasificación literaria y una conceptualización de lo bello. Pero ahora que lo pienso, será bello cada texto mientras nos leamos a nosotros mismo en él. Nos descubramos dentro del texto. Entonces podrán surgir muchas retóricas, o poéticas o quizás una guía del lector (comprador) ideal, pero como dijo Nietzsche también: si tienes un porqué para vivir, encontrarás casi siempre el cómo.

¿La belleza es entonces personal? Posiblemente. Aunque claro, cuando una persona en primera instancia observa La Gioconda, una persona común y corriente, tal vez le parezca insípida, pero cuando esta misma persona entiende el renacimiento, sabe quien fue Leonardo da Vinci, y descubre que ante sus ojos se encuentra la mayor obra de arte de la historia, según algunos, entonces por lo menos tendrá conciencia de sus actos y pensamientos, o lo que es igual, saldrá de la Matrix.

Sin duda alguna debemos tener más interés en la fábula que en los versos mismos. Aunque me pregunto, ¿qué pasará el día en que el hombre asesine al arte?

Habitamos entre signos que no inventamos, pero a los cuales dimos significado, como podemos crear también podemos deshacer, eso prueba que Dios tuvo un error, sus personajes terminan matándolo.

El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice.
Aristóteles

0 comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del Blog

Todos los derechos reservados. Con tecnología de Blogger.
Scroll To Top