Antes me interesaba bastante desarrollar mis habilidades lingüísticas para aprender otros idiomas. Un día pensé en aprender el lenguaje de los sordomudos, porque pensaba que al comunicarmos con las personas que oyen y hablan, hacemos a un lado a quiénes no lo hacen. Este es un discurso integrista no lo he llevado a cabo.
Mi primer contacto académico con otra lengua diferente al español fue en la primaria cuando asistía al IMAC para aprender inglés. Me ayudó mucho. Después asistí a otros sitios para mejorarlo. De cualquier manera, ahora mi conciencia me dicta que no es necesairo tener la mejor pronunciación ni la mejor gramática para hacerse entender. De cualquier manera, mientras no viva en un país angloparlante, ni sea profesor de inglés, no considero necesaria su total aprehensión.
El francés lo comencé a estudiar en la facultad por cerca de dos años. El tercer semestre fue realmente bueno para mí porque lo manejé con una excelente pronunciación y una buena fluidez. Un mediano vocabulario. Pero los últimos dos semestres mi interés decayó. Aún así, recuerdo un par de cosas. Mi política lingüística se aplica también con esta lengua extranjera. Quizá exagero.
Estuve practicando el esperanto por una semana. Es muy fácil aprenderlo. Pienso que en un mes con una práctica diaria uno puede ya mantener una conversación satisfactoria con otro hablante del esperanto. Esperanto significa esperanza.
Recientemente me he suscrito a tres cursos gratuitos en línea para aprender italiano, catalán y asturiano. Sin embargo, no he tenido tiempo de al menos pasar la primera lección.
Ahora he conocido a una chica belga por Internet con quien practico un poco el francés. Tan sólo para no olvidarlo. Pero soy muy malo. Pienso que para realmente no olvidar una lengua debes practicarla todos los días, y sería mejor estar en un sitio donde toda la gente hablara ese idioma. Además es extender tus campos culturales de entendimiento. Es cierto que no puedo concentrarme ahora nada más en el aprendizaje de otros idiomas, pero mi interés no decae. Sigue ahí.
Algunas personas han venido a este blog para practicar su español. Yo no sé si realmente funciona. Yo hablo español, ese idioma es mi lengua materna-paterna. Todos los días pienso en español. Mi inconsciente seguramente respira en español. La mayoría de mis sueños son en esta lengua castellana. Todos los días escucho a las personas platicar o cantar en esta variable dialectal mexicana. Mi amor es hispanohablante, así como mis demás sentimientos.
Y no soy el único. No es tampoco la única lengua existente. Confío en que tenemos los mismos procesos comunicativos las personas que hacemos eso: comunicar o expresar, ya sea con las lenguas audiorales o las visogestuales, o con las múltiples expresiones artísticas a nuestro alcance.
¡Saca la lengua!
Mi primer contacto académico con otra lengua diferente al español fue en la primaria cuando asistía al IMAC para aprender inglés. Me ayudó mucho. Después asistí a otros sitios para mejorarlo. De cualquier manera, ahora mi conciencia me dicta que no es necesairo tener la mejor pronunciación ni la mejor gramática para hacerse entender. De cualquier manera, mientras no viva en un país angloparlante, ni sea profesor de inglés, no considero necesaria su total aprehensión.
El francés lo comencé a estudiar en la facultad por cerca de dos años. El tercer semestre fue realmente bueno para mí porque lo manejé con una excelente pronunciación y una buena fluidez. Un mediano vocabulario. Pero los últimos dos semestres mi interés decayó. Aún así, recuerdo un par de cosas. Mi política lingüística se aplica también con esta lengua extranjera. Quizá exagero.
Estuve practicando el esperanto por una semana. Es muy fácil aprenderlo. Pienso que en un mes con una práctica diaria uno puede ya mantener una conversación satisfactoria con otro hablante del esperanto. Esperanto significa esperanza.
Recientemente me he suscrito a tres cursos gratuitos en línea para aprender italiano, catalán y asturiano. Sin embargo, no he tenido tiempo de al menos pasar la primera lección.
Ahora he conocido a una chica belga por Internet con quien practico un poco el francés. Tan sólo para no olvidarlo. Pero soy muy malo. Pienso que para realmente no olvidar una lengua debes practicarla todos los días, y sería mejor estar en un sitio donde toda la gente hablara ese idioma. Además es extender tus campos culturales de entendimiento. Es cierto que no puedo concentrarme ahora nada más en el aprendizaje de otros idiomas, pero mi interés no decae. Sigue ahí.
Algunas personas han venido a este blog para practicar su español. Yo no sé si realmente funciona. Yo hablo español, ese idioma es mi lengua materna-paterna. Todos los días pienso en español. Mi inconsciente seguramente respira en español. La mayoría de mis sueños son en esta lengua castellana. Todos los días escucho a las personas platicar o cantar en esta variable dialectal mexicana. Mi amor es hispanohablante, así como mis demás sentimientos.
Y no soy el único. No es tampoco la única lengua existente. Confío en que tenemos los mismos procesos comunicativos las personas que hacemos eso: comunicar o expresar, ya sea con las lenguas audiorales o las visogestuales, o con las múltiples expresiones artísticas a nuestro alcance.
¡Saca la lengua!
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