Muchos padres consideran la elección del nombre de sus hijos como un hecho importante. Después de todo, será el signo común con el que será identificado por el resto de su vida e incluso después de su muerte.
Algunos padres deciden comprar libros con nombre propios para varones o mujeres. En ellos los significados etimológicos de los nombres son mostrados así como la procedencia geográfica de éstos. Otros padres, más tradicionales, llaman a sus hijos con el nombre de algún familiar cercano e incluso con el mismo del padre o la madre. Así por ejemplo tenemos en la familia a Juan y Juanito, Ana y Anita o Beto y Beto Junior.
Cuando los papás de los niños no llegan a un acuerdo o algunas veces con aparente democracia, los progenitores deciden ponerle más de un nombre a sus hijos. De este modo los papás creen que de ese modo, si uno de los nombres que tienen sus hijos no les agrada, tendrán la opción de escoger otro. Esto en teoría. Supongamos que el niño o la niña tiene dos nombres y los dos le gustan mucho. Ahí no hay ningún problema, acaso la longitud del nombre, porque no es lo mismo llamarse Ana Luz Gil Ros que llamarse Clementina Monserrat de la Peña y Cruz Olivares. Pero qué pasaría si uno de los nombres no es de su agrado David Chaombambino García Herrera, el pobre David, viviría toda su vida con un nombre que no le gusta, a causa de la democrática indecisión de sus padres.
Por todas estas y más razones es mejor nombrar a los pequeños e inocentes niños con un sólo nombre del cual estén seguros de su eufonía y significado los padres. Porque es mejor lidiar con un nombre de por vida, que cargar con un: Crisósforo Bartolo. ¡Nombre!
Algunos padres deciden comprar libros con nombre propios para varones o mujeres. En ellos los significados etimológicos de los nombres son mostrados así como la procedencia geográfica de éstos. Otros padres, más tradicionales, llaman a sus hijos con el nombre de algún familiar cercano e incluso con el mismo del padre o la madre. Así por ejemplo tenemos en la familia a Juan y Juanito, Ana y Anita o Beto y Beto Junior.
Cuando los papás de los niños no llegan a un acuerdo o algunas veces con aparente democracia, los progenitores deciden ponerle más de un nombre a sus hijos. De este modo los papás creen que de ese modo, si uno de los nombres que tienen sus hijos no les agrada, tendrán la opción de escoger otro. Esto en teoría. Supongamos que el niño o la niña tiene dos nombres y los dos le gustan mucho. Ahí no hay ningún problema, acaso la longitud del nombre, porque no es lo mismo llamarse Ana Luz Gil Ros que llamarse Clementina Monserrat de la Peña y Cruz Olivares. Pero qué pasaría si uno de los nombres no es de su agrado David Chaombambino García Herrera, el pobre David, viviría toda su vida con un nombre que no le gusta, a causa de la democrática indecisión de sus padres.
Por todas estas y más razones es mejor nombrar a los pequeños e inocentes niños con un sólo nombre del cual estén seguros de su eufonía y significado los padres. Porque es mejor lidiar con un nombre de por vida, que cargar con un: Crisósforo Bartolo. ¡Nombre!
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