Eso qué tú tienes se llama ensimismamiento. Eso. Que pasas demasiado tiempo contigo mism@. Siempre dándole vueltas al asunto. A qué hubiera pasado si "yo esto o si esto otro". O dónde estarías ahora si esa persona (que cada vez aparece menos en tus sueños) no hubiera hecho tal o cual "traición". ¡Dejate de pavadas bolud@! La única traición aquí es la tuya con el mundo. Eres tú quién le pone fronteras y límites a su territorio. No te permites avanzar y cruzar las bardas, las minas, los alambres y ejambres que tú mism@ plantaste. ¡Pero claro! Es mejor la seguridad de la esquizofrenia contra la incertidumbre de la libertad plena. Pasas mucho tiempo pensado en ti y nada más que en ti. Y no es que exagere. Se te nota. Y no me vengas con la típica chingadera de que si tú no pienas en ti mism@ nadie más lo hará, porque esa es la respuesta más egocéntrica que jamás se haya escuchado sobre la faz de tu trasero. ¡Mejor ponte a menearlo! ¡Invita a bailar a alguien! Esta vida que ahora, en este momentos, en estos días te parece irremediable, tiene más puertas y ventanas de las que tú mism@ piensas. Y no faltaba más, jugar a ser la víctima suele traer miraditas de compasión y de simpatía. Pero las verdaderas vícticas huyen de esas miradas, se resignan a la lástima... Eso que tú tienes se llama berrinche onanista, capricho pseudoexistencialista, condescendencia a tu falta de ejercicio individual y social. Cosa que una buena cogida de vida te quita.
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13 de julio de 2010
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