Tengamos un mal día,
 olvidemos las llaves dentro,
 que el desayuno se queme,
 se termine el gas y el agua,
 invoquemos a las alergias,
 a la tos, a las madres ausentes,
 a las heridas más hondas,
 recurramos a analgésicos,
 semialegrías sedantes,
 quitemos la costra,
 caminemos con sueño,
 atraigamos a las avispas,
 a los virus, a las malas lenguas,
 hagamos una montaña
 con dos granos de arena,
 ofertemos amor a través
 de celulares, clicks, likes,
 seamos camellos de cargas ajenas,
 creámosnos insuficientes,
 inflexibles, inestables,
 feroces e intocables,
 incapaces de movimiento,
 adoremos al maniqueísmo
 como ciencia exacta,
 ignoremos el resto del cerebro,
 acampemos en la amígdala,
 declaremos de manera absoluta
 que somos incompetentes en el amor,
 que no merecemos sus goces,
 que la armonía contrapuesta al otro
 es falsa, infantil y tramposa,
 que el destino es una sucesión
 de tragicomedias absurdas
 sin sentido ni prosperidad
 ni triunfo ni avance sino
 una regresión continua al punto
 más histérico de la historia,
 echemos raíces en Eea,
 casémosnos con Circe,
 practiquemos la lotofagia
 Tengamos un mal día,
 renunciemos a nuestros sueños
 que las realidades más crudas
 nos bañen de sus culpas y ahoguen
 nuestra porción de contricción,
 que la Muerte incendie
 los campos de esperanza
 que la soberbia y el orgullo
 gobiernen nuestras virtudes,
 imaginémonos inmortales,
 auténticos, estrellas de rock,
 no pensemos en las huellas,
 destruyamos todos los manglares
 de nuestra conciencia,
 todos los ecosistemas de nuestro corazón,
 arrasemos con las semillas
 que brotan de nuestros dedos
 cuando miran las estrellas,
 ignoremos al niño interno,
 al adulto externo,
 al que sonríe a la flor,
 despreciemos a los color de tierra,
 a los naúfragos, al azul planeta
 que gira alrededor de la cabeza,
 usemos personas, mares, bosques
 como se usa un pañuelo y se desecha,
 desconfiemos del que nos tiende la mano,
 pongamos intereses al cariño que damos,
 cerremos nuestros labios a la gratitud,
 empuñemos resentimiento ante
 las miradas extrañas, amenazantes,
 abandonemos el ingenio camaleónico del alma,
 usemos un traje para vender calor,
 impliquemos cada posible
 reacción al invertir un hola,
 un descuido, una emoción,
 seamos incrédulos, recelosos
 en materia de paz y pasión
 Tengamos un mal día
 confabulemos, fragüemos,
 conspiremos ante la menor sospecha,
 malentendamos los respiros,
 tomemos la verdad como mentira,
 deleitémonos con la ilusión,
 la pantalla, la letra fusible,
 extingamos la fauna del sentido común,
 veamos maleza en cada opinión verde,
 hagamos un festival mundial
 de la ansiedad, del estrés,
 del misticismo cuántico,
 compremos recetas instantáneas
 para el tramo del día,
 no produzcamos las preguntas
 pero consumamos las respuestas,
 caminemos entre las filas
 de detergentes y aromas
 que limpian sin purificar,
 la comida que alimenta sin nutrir,
 pensémonos ingenuos e incautos,
 únicos y auténticos, reales y santos,
 confisquemos la imaginación de los niños
 al asiento de un sofá y recompensemos
 con luces sobre muros vacíos,
 no vacilemos en chocar los recursos,
 no pongamos en duda las creencias,
 no cuestionemos los prejuicios,
 no consultemos al oráculo,
 no contestemos con ignorancia auténtica,
 que es la única verdad que existe,
 seamos sabios improvisados,
 no hablemos desde la raíz,
 no escuchemos desde los ojos,
 no gritemos las irregularidades,
 no guardemos silencio
 para nuestra hambre de ruido,
 no deduzcamos las oposiciones,
 no induzcamos al bien,
 no vaguemos con rumbo,
 no dirijamos el canto al cielo,
 afirmemos la negación
 Tengamos un mal día en el trabajo,
 en la escuela, en la familia, en el flujo sanguíneo,
 en la caverna platónica de la pantalla,
 en la sociedad de consumo, la de barrio,
 la viejoneocapitanistasubultraconfort,
 la líquida, la sólida, la lista para llevar,
 apostemos, cancelemos o bloqueemos
 con naturalidad al otro,
 enfadémosnos con el mesero,
 demandemos a Buda y a Jesús,
 tiremos del barco a las feministas,
 a los ateos, a los ortodoxos,
 a todos nosotros los condicionados
 por una herencia, una moda,
 una pulsión, una ceguera,
 hagamos un nuevo holocausto
 ante cualquier desacuerdo,
 apliquemos fragmentos de alguna
 filosofía aparente en las lagunas
 de nuestra inconsciencia,
 conformémonos con una canción,
 con una estribillo olvidable,
 desechable. Plastifiquemos,
 empaquetemos, hagamos un combo,
 una transacción existosa,
 una inversión vertiginosa,
 quejémonos y acusémonos,
 recriminemos, señalemos,
 juzguemos, degrademos,
 victimicémonos con euforia,
 alarguemos el pulgar al mal
 gobierno, al padre, a la madre,
 al vecino, a las redes sociales,
 a uno mismo todas las culpas,
 las herencias, las condiciones,
 las contradicciones, las multas,
 creémos una personal Santa Inquisión
 que no compadezca, que autoflajele
 con una sutil táctica de miedo,
 de pena, de enredos, de despojos
 Tengamos un mal día
 sin música ni clave de do ni sí,
 que nos falte un zapato
 un abrazo, un saludo amigo,
 que nos falte el sol y la lluvia,
 que la sequía abone la compasión,
 que nos salga de la boca
 un ogro, una bruja, un sabelotodo,
 un deudor de emociones,
 apretemos más las máscaras,
 hagamos un tour, un viaje,
 una feria extraordinaria
 con marketing estratégico
 señalética y luces de neón
 hacia nuestro ego,
 seamos el único centro,
 la única periferia,
 la uña que se siente
 cuerpo completo,
 rebajemos la dignidad,
 subastemos las fronteras y
 los límites, las profundidades,
 exageremos la vanidad,
 deseemos el karma al prójimo
 en dosis de calentamiento global,
 pongamos toda nuestra esperanza
 en un cheque, una guantera,
 una primera impresión
 un prometedor porvernir
 en un fósforo de aletargamiento,
 quememos con verdadero melodrama
 las opiniones adversas,
 las críticas, las partes necias,
 clausuremos los sentidos
 y colapsemos la mente
 con estimulantes seducciones
 invertebradas, babosas, suculentas
 Tengamos un mal día,
 hasta el último momento
 o casi,
 paremos el mundo un segundo
 en el último instante,
 en la hora de la crucificción,
 en el momento en que
 los párpados cierran
 los portones de Troya,
 suspiremos con coraje,
 veamos hacia atrás,
 hacia la hilera
 de chorros de sangre,
 contemos las pérdidas,
 las bajas y heridos,
 contemos cada hora
 inútil, desaprovechada
 aniquilida por el tedio
 por la rutina o la inercia
 y aceptemos la tragedia
 la perra vida o muerte o ambivalencia,
 respiremos, hondo y profundo,
 como quien sabe que vuelve a nacer,
 como quien alcanza las tijeras
 y corta el cordón umbilical
 del que se alimentan sus trampas,
 sus obsesiones y creencias,
 construyamos presas, 
 relámpagos, fuegos,
 rituales de fénix, de luna,
 de abuela que llama a la cena,
 despertando de la tumba
 viendo una luciérnaga
 a punto de extinguirse,
 en la noche más oscura
 y camina hacia ella,
 naúfrago de las ilusiones,
 presintiendo lo real
 cuando mañana
 sea otro día.
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13 de febrero de 2016
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Oye te acabo de encontrar aca. No me dijiste que te mudabas :) Vi mas alla queviajaste al caribe el año pasado? Mas te vale ma ue e no hayas venido a PR y no me hayas dicho.
ResponderBorrarY hola.
Eso era todo.
Acabo de ver tu mensaje, ¡Narami! Ese año solo fui a Cuba así que PR me queda pendiente todavía y cuando vaya seguro te avisaré.
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